27 de mayo de 2011

Preparandonos para la llegada de Espiritu Santo


UN CAMINO DE ESPERANZA

La esperanza ¡que palabra! Inmediatamente se nos viene a la mente sueños y deseos, hermosos y profundos, del presente y del futuro. Pero también nos acordamos de tristezas y amarguras que todos hemos padecido.

Para unos, la esperanza es lo máximo. Otros nos logran entender por qué la esperanza es tan importante. Y hay quienes han perdido sus esperanzas y se sienten derrotados, como los discípulos de Jesús después que le crucificaron al Maestros.

Dos de ellos iban tristes y cabizbajos, camino de Emaús. De pronto se les unió un caminante. El ples pregunto que les pasaba. Y ellos, extrañados, le contaron su dolor: hace tres días en Jerusalén habían crucificado su Señor y con El habían enterrado sus esperanzas. El los escucho atentamente. Después, empezó a narrarles lo que en la Biblia se decía sobre el Mesías. Pero ellos no lograban entender. Al sentarse a la mesa, en el pueblo de Emaús, le rogaron que compartiera con ellos la comida. El accedió a la invitación (Cfr. Lc.24,29)

Extraído del libro “Un camino de esperanza” del Cardenal Carlos Oviedo C.-colección Tercer Milenio 17 Año del Espíritu Santo 1998

Continuará

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